viernes, 25 de diciembre de 2009

La musa más mentira.



El ser humano carga con la espalda un cúmulo de agresiones engendradas, sobre todo, desde la familia, dando como resultado una especie de contradicción moral, cuando dentro del núcleo familiar se les dice a los niños que mentir está mal; también se les inculca a mentir a quienes hablan por teléfono, con la frasecilla aquélla de: "Dile que no estoy". Sí, estoy diciendo que la mentira es una de las formas de agresión cuyo peso está recargado en la espalda (metafóricamente hablando), de individuo.


La mentira es deliciosa, auténtica belleza, respiración de la mente ágil; pero no se vaya a confundir amigo lector, la mentira no vale si es para engañar, pero sí lo hace cuando la utilizamos para persuadir. Engañar y persuadir no es lo mismo, son dos cosas completamente diferentes en un tono, digamos, poético. Un poeta no puede engañarnos con sus versos, nos persuade. Engañar es para comerciales de televisón, políticos, ladrones avaros y grandes empresarios; engañar es para los pendejos; persuadir, para la gente consciente, real, cabal.
¿Cuándo, entonces, es permisible la mentira y cuándo no?, es permisible cuando- desde mi punto de vista- se está a punto de cometer un acto poético más que algo banal, inútil para la poesía o el arte en general. Pero lo curioso es que podría estar mintiendo en este momento y ustedes tal vez sospechen o no, quizá no esté mintiendo con ningún comentario y quisiera saber más, un poquito más, sobre aquélla, la que nos corrompe un cachito del alma: La Mentira.

1 comentario:

  1. Cierra los Ojos, Observa lo que persibe un ciego... es una verdad para él y una mentira para los demás. TODOS EN ESTE MUNDO ESTAMOS CIEGOS.

    RELATIVISMO PURO.
    Saludos.

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